12 mar 2010

Autorizo a no leerlo, sólo necesitaba escribirlo.

Tenía turno con el oftalmólogo porque hace meses que siento que no veo del ojo derecho. Entro al consultorio, le doy mi carnet de la obra social a la recepcionista. "Tomá asiento", me dice, y le hago caso (acto fallido, escribí "queso" en vez de "caso", ¿qué significa?). No llego ni a agarrar una revista de esas que me encantan que me llama el oftalmólogo, obviamente pronunciando mal mi nombre a pesar de que no era la primera vez que iba. 
- ¿Qué te trae por acá? - me dice, dedicándome una sonrisa
Consideremos que yo estaba de mal humor, porque no puedo ir al oftalmólogo con las lentes de contacto puestas, así que desde que me levanté hasta que llegué había tenido que estar con los anteojos, con los cuales no veo absolutamente nada y, dicho sea de paso, me quedan bastante horribles.  
- No veo nada del ojo derecho. Nada. - mi tono no era tan amigable como el suyo, estaba de mal humor, repito.
Luego de examinarme los ojos de tres maneras distintas concluye en que no había habido ningún cambio en mi visión con respecto a la consulta de hacía escasos meses atrás. 
- Pero yo estoy segura de que del ojo derecho no veo, veo borroso.
- La única alternativa que le encuentro a tu problema es que no te hayas adaptado bien a tus lentes de contacto.
¡Por favor! ¡Hace tres años que las uso! ¿De qué mala adaptación me estás hablando? Lo único que me falta ahora es tener que dejar de usar lentes de contacto.
- Está bien, consultaré a mi contactólogo entonces, gracias. (Sí, sí, tengo contactólogo)
Salgo, le comunico las noticias a mi mamá, que no va a dejarme ir al médico sola hasta que tenga cuarenta años. Como no podía ser de otra manera me dice "vamos al contactólogo". Sí, mamá. Caminamos los cincuenta metros que me separaban del consultorio de Sergio (mi contactólogo, claro está), un simpático médico que me carga por ser miope (literalmente, cuando vio la última receta que le llevé si cagó de risa en mi cara... "Uy, nena, no ves nada!". Ya sé, gracias). 
- Sergio, el oftalmólogo te echó toda la culpa de mi no-visión, fijate qué onda.
Otra vez lo mismo: Me hace leer todas las letritas, me pone lentes nuevas, me hace ver las letritas con las lentes, me pone en frente de una máquina y me mira los ojos, me pone en frente de otra máquina y me mira de nuevo, me pone gotas y me mira de nuevo.
- Chiara... - este sí sabe cómo me llamo 
Lo miro con cara de incógnita, ¿qué me vas a decir, Sergio?
- Me temo que tu astigmatismo está avanzando. Vamos a hacerte lentes tóricas. 
Listo, mi día estaba completo. No sólo mi médico tenía razón, sino que tengo que cambiar mis lentes porque soy tan rara que las lentes para gente común no me sirven. Era clarísimo igual, no podía haber algo normal en mi vida.
Bien, gracias Sergio. Salgo de peor humor, y encima tengo que acompañar a mi mamá a comprar un regalo de cumpleaños. Mi humor empeora a medida que los minutos en el negocio de ropa avanzan, y para colmo mi vieja, que parecía tener un buen día, me hablaba, y me hablaba, y me hablaba. 
- Mamá, ¿te puedo pedir que no me hables por un rato?
Era obvio, se enojó. "No sé por qué me tratás así, lo único que hago es estar atrás tuyo, te llevo de acá para acá, tenés todo lo que tenés, estás de mal humor y no es mi culpa". 
Mi mamá tiene algo raro: Cuando se enoja conmigo se ocupa de hacerme hacer cosas. Nunca en mi puta vida me pidió que lave los platos, pero cuando se enoja conmigo tengo que lavarlos, tengo que ordenar mi cuarto, ir a hacer las compras. Así que estaba preparada para lo que venía.
- Mañana quiero que vayas a buscar la batería de tu celular, porque hace meses que está ahí, se te va a vencer la garantía y no te la van a dar. Porque claro, para ir a lo de tus amigas tenés tiempo, pero para buscar la puta batería del celular no.
Ya me había cansado, ni siquiera la escuchaba. No nos hablamos por el resto del día, todo lo que me dijo fue "poné la mesa" (ven), pero nada más que eso. Así que, en un intento de hacer las paces, decidí que hoy iba a ir a buscar la famosa batería.
Me levanté, bastante tarde por cierto, y sin siquiera bañarme salí en busca de la batería. Había empezado mal: colectivo llenísimo, calor, sueño. Llego a Motorola y me atiende una simpática señorita. 
- Hola, qué tal. Mirá, te explico: el año pasado vine a arreglar este teléfono porque me andaba mal, me dijeron que la batería estaba gastada y que como el teléfono estaba en garantía me iban a dar una nueva. No tenían stock en ese momento, así que prometieron llamarme. Pero como ves, estoy acá porque nunca me llamaron, y necesito la batería porque el teléfono no me dura prendido ni dos horas.
La pobre chica se quedó un rato procesando toda la información que le había dado, lo único que quería era irme de ahí y le había dicho muchas palabras en muy poco tiempo. Cuando logró digerir la información me pidió el comprobante de garantía y lo miró. 
- Disculpame, pero esto es de julio del año pasado, pasó mucho tiempo, no te podemos entregar la batería. (Mamá, tenías razón, no está en garantía, voy a odiar tu cara de "yo te lo dije" cuando llegue a casa)
- Disculpame vos (literal), pero a mi me dijeron que me iban a llamar cuando estuvieran, y no lo hicieron.  ¿Qué tengo que hacer? ¿adivinar? ¿llamar todos los días a ver si habían entrado las baterías?.
- A ver, aguardame un segundito... 
- ... 
- Mirá, nosotros no estamos autorizados a entregarte la batería. Lo único que te puedo ofrecer es que nos aguardes unos días más, vamos a llamar al centro de Motorola a ver si nos dan la autorización para hacerlo. ¿Me podés un mail de contacto? Mi nombre es Laura, yo me hago cargo de avisarte, si no podés llamar y pedir por mi.
- Bueno, gracias Laura. Gracias por nada, pero gracias al fin. 
El de seguridad, que había escuchado toda la conversación en la que yo utilicé un tono de voz considerablemente elevado, me abrió la puerta del local con cara de "chau, loca de mierda, que tengas un buen día"
Salí con más bronca que nunca. Adentro del local había aire acondicionado, ahora tenía mucho calor. No tenía cigarrillos, el ipod se me quedó sin batería y en el colectivo no se podía ni mover la uña del dedo gordo.
Y como no podía ser de otra manera, mi mamá me dijo "yo te lo dije" cuando llegué a mi casa.
Era obvio.



11 mar 2010

De vez en cuando la vida

Debería haberme dado cuenta de muchas cosas en este último tiempo.
Pero no lo hice.
Sin embargo me di cuenta de otras tantas.
Me di cuenta que no me gusta reírme cuando estoy mal.
Porque cuando las risas se acaban vuelven los recuerdos.
Y pegan más fuerte que nunca.
Me di cuenta de que odio mirar fotos.
Porque esos momentos quedaron atrás.
Y no quiero mirar para atrás nunca más.
Me di cuenta de que odio las despedidas.
Porque significa que algo se va.
Y soy malísima para deshacerme de las cosas.
Me di cuenta de que me encanta llorar.
Porque es mi método de catarsis.
Y me importa realmente poco cuando me dicen que ya no parece real.
Me di cuenta de que los amigos se cuentan con una mano.
Porque no todos saben perdonar.
Y sin embargo los entiendo.
Me di cuenta de que una palabra te puede salvar.
Porque para cada persona hay una palabra.
Y son pocas las personas con la habilidad para encontrarla.
Me di cuenta de que no te necesito.
Porque si bien te extraño,
Ya no te quiero.
Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna; pero volviste a sorprenderte a ti mismo riéndote sin parar.

K.F.

No sé si sirve

En este momento te estoy odiando tanto. 
TANTO. 
¿Por qué se me ocurrió leer eso?
No sé, sólo sé que no pude evitar sonreír mientras leía.

Escribí esto y ahora te odio más que antes de escribirlo. 
Igual más me odio a mí, no te preocupes.
Bueno... Como si te preocupara!

6 mar 2010

Para escribir sólo hay que tener algo que decir.

Camilo José Cela

27 feb 2010

Quizás porque...

Yo sé que vos no leés este blog, pero yo me alimento de mis fantasías y de mis alucinaciones. Por eso me conformo con creer que en algún punto quisiste que siguiera leyéndote.
Esta cabeza piensa demasiado...

21 feb 2010

Punto y aparte

De repente abro mi cuaderno y las palabras empiezan a circular sin sentido sobre sus hojas. Intento concentrarme en ordenarlas pero no me permiten unirlas en una oración coherente. Agarro entonces una hoja en blanco y pretendo volcar todas aquellas cosas que quiero decir y no sé cómo. Palabras sueltas comienzan a surgir de mi birome y me angustio aún más. Nuevamente si ríen de mi y no dejan atraparse. Decido entonces, en un acto de rebelión, arrancar las hojas y abollarlas, para luego jugar al básquet con mi tacho de basura. Una vez instaladas en el fondo del mismo me miran con un dejo de reproche. Con algo de culpa por el impulso, resuelvo recogerlas. Las hojas, la birome, las palabras y yo intentamos reconciliarnos. Es así como me siento nuevamente en mi escritorio y me sumerjo en un mundo que sólo yo comprendo.

17 feb 2010

Y sí... Finalmente lo hiciste. No sé por qué me extraña.
"No parece que te hayan invitado a leer este blog"
Bla.
Qué lástima, porque al fin y al cabo como escritor me seguías gustando.

15 feb 2010

Quedate tranquila que va a haber tiempo para bailar

9 feb 2010

Una noche en el Bolsón, parte II

La situación es la misma: Estoy sentada en la misma cama de la cabaña que ya me aburrió, mi prima duerme otra vez y la luz tenue sigue sacándome de quicio.
Quiero mi casa, quiero mi cama, mi tele, mi almohada, mi cocina, mi ducha, mi sillón.
Te quiero a vos.

7 feb 2010

Una noche en el Bolsón

Sentada en un bar medio under de El Bolsón con mi prima y una botella de cerveza (sí, ahora me gusta la cerveza) me puse a reflexionar con ella que, gracias a Dios, me tiró una laaarga soga para no morir ahogada.
Mi planteo era simple y claro. Bueno, quizá no era tan simple. Pero en fin, vomité una serie de confesiones, entre ellas que tenía mucho miedo de no poder encontrar en otra persona lo que él me dio, que fue absolutamente todo. "No compares; no todos aman de la misma forma, ni al mismo tiempo, ni con la misma intensidad. Probablemente no vuelvas a amar ni vuelvas a ser amada de esa forma, pero lo vas a ser de otra, e igualmente vas a estar bien", fue todo lo que atinó a decirme. Y en su momento sinceramente me conformé y seguí disfrutando de la noche. Pero ahora, sentada en la cama de una cabaña que ya me aburrió, viendo a mi prima dormir y con una luz tenue que me saca de quicio, no me siento conforme en absoluto. El sentimiento me invade de nuevo: no creo cruzarme nunca más con alguien que me haya amado como vos lo hiciste. Y aunque no lo creas, vos tampoco vas a cruzarte jamás con alguien que te ame como yo lo hago.
En el Bolsón hace frío, pero mucho más frío hace adentro mío.
Que bueno que no lo hiciste, porque es lo único que me queda de vos.
Bah, tu blog y un par de mails.

13 ene 2010

Así llegaste (y así te fuiste)

Tocó la puerta y entró a mi cabeza casi sin pedir permiso. Me agarró desprevenida, el desorden era evidente. Me avergonzó sobremanera la clarísima exposición de mis alegrías, mis tristezas, mi humor y mis torpezas. Pero bien, se instaló cómodamente y no noté intención alguna de irse. De a poco agarró cada cosa que encontró tirada y acomodó cada una en su lugar. Fue rápido, más bien rapidísimo, pero ver cómo logró encajar perfectamente cada pieza y cómo me sonreía luego de hacerlo fue incomparable. Algo había en él que me trasmitía paz y que lograba que mi entrecortada respiración se normalizara de a poco, algo tenía que hacía perdurar mi sonrisa por largas e interminables horas. Ya no estaba tan desprevenida, ni tan asustada, ni tan perdida. Encontré la fuerza necesaria para enfrentar eso que tanto temía, y debo admitir que, si bien no fue fácil, hoy en día soy esa persona que había perdido hace mucho tiempo. Hoy puedo sonreír y reír sin esfuerzo alguno, puedo hacer de mi vida un chiste y de mis experiencias hechos anecdóticos.
Cuando lo miré nuevamente estaba relajadamente sentado y sus expresiones denotaban una tranquilidad impresionantemente contagiosa. Decidí sentarme al lado suyo para perderme en el calor de sus abrazos y en la profundidad de sus ojos. Automáticamente sonreí y lo invité a quedarse conmigo.

11 ene 2010

Chiara vs. Chiara

Siempre me fue fácil engañarme. Intento con tanto ímpetu convencerme de algunas cosas que termino haciéndolo sin dificultad alguna. Mi único problema es cuando no logro convencer a los demás, convencerlos de que estoy bien, de que soy feliz y de que sonrío las veinticuatro horas. Suele decirse que no hay que tropezar dos veces con la misma piedra pero yo hago caso omiso a los dichos populares. Tropiezo con muchas, muchísimas piedras y más de dos veces con cada una; y pocas veces puedo levantarme. Cuando me enteré de que él iba a irse de mi vida no fue tan terrible, debo admitirlo. Sin embargo cuando me di cuenta de eso sentí el mismo dolor que sentiría si me tirase del piso más alto e impactara contra el cemento más compacto. Para hacer una exagerada comparación (sí, exagerada, me encanta exagerar), pensar en una vida sin él era pensar en una vida sin mi familia, sin mis amigos, sin tildes ni mayúsculas, sin viernes, sábados, domingos y feriados. Sin música y sin libros. Craso error, Chiara, vos lo que tenés es miedo, no podés estar sola. ¿No podés? Sí podés: no querés, no sabés cómo hacerlo. De todas maneras... Vamos, no lo soportarías. No, no lo soportarías, no mientas. Ya nadie te cree, pero más grave es que ya no te creas a vos misma. Ojalá algún día puedas ser un poco más egoísta. Ojalá puedas deshacerte de eso que te hace mal. Ojalá tus lágrimas se conviertan en sonrisas, ojalá puedas reírte hasta que te duela la panza. Pero por sobre todas las cosas espero que aprendas a equivocarte, a olvidar y a volver a empezar.

(Sí, el título lo elegiste vos)

1 ene 2010

Y se me fue el 2009...

Estoy harta. Harta de todo y de todos, pero por sobre todo estoy harta de mí. Estoy harta de ser la peor amiga, la peor novia, la peor hija. Todos pretenden de mí cosas que claramente no puedo hacer, y estoy cansada. Me agobia mirar para atrás y darme cuenta la cantidad de veces que pisé en falso. "Errar es humano", dicen, pero no me sirve como consuelo porque mis errores no fueron ni un poco humanos. Lastimé al único hombre que me amó de verdad y arriesgué ese amor por un hombre que no lo fue lo suficiente como para enfrentarme. Pero está bien, no lo culpo, ya lo superé. ¿Ya lo superé? Claro que lo hice. Tengo la consciencia tranquila (mentira), sé que al principio las cosas funcionaron bien pero estaban más que claras nuestras diferencias. Nuestra manera de vivir la vida, nuestros gustos y aspiraciones eran (y lo siguien siendo, supongo) totalmente incompatibles. Podríamos haber sido buenos amigos, ¿no?. Casi no dudo de eso. De todos modos reitero: sin rencores. Sé que estás bien y yo lo estoy también. No vamos a negar que un poco de frontalidad habría cambiado las cosas. Pero intento entenderte, y espero que hayas intentado entenderme vos a mí. Sólo me queda una sola pregunta... Si siempre fuiste y estoy segura de que seguís siendo un pibe extremadamente inteligente, ¿tenías que hacerlo así? Sólo vos y tu almohada lo sabrán. Yo por mi parte tendré que dejar de plantear hipótesis que no deben ni acercarse a la realidad.
Está por empezar un nuevo año, un año en el que me propongo empezar de cero y poner muchas cosas en la balanza. Mi prioridad es mi redención, mi bienestar y el de la gente que quiero [...] Me propongo no ser tan impulsiva, no ser tan egoísta ni tan estratega. Tengo bien en claro a dónde quiero llegar y de qué manera quiero hacerlo, sin embargo en este preciso instante no tengo idea de dónde estoy parada. Me está costando mucho saber cómo me siento, si estoy feliz, si estoy triste, si tengo hambre o si tengo sueño, si me quiero reir o quiero llorar. No sé cuál es mi color favorito, no sé qué libro leer ni qué música escuchar. De repente me encuentro haciendo cosas que me obliguen a no pensar, porque pensar me está matando. Cada recuerdo es una herida sin cicatrizar, y cada herida es un recordatorio de aquello que no quiero volver a ser ni a hacer nunca.
Aprende a detenerte, o nada que valga la pena logrará alcanzarte

K.F.

21 dic 2009

Screw you

¿Sabés qué? Ya no se me mueve ni un pelo.
¿Te interesa? Claro que no. Nunca te interesó.


...whatever.

14 dic 2009

Estás muy, muy mal de la cabeza.

9 dic 2009

Such a fool

What about taking this empty cup and filling it up with a little bit more of innocence? I haven't had enough, it's probably because when you're young it's okay to be easily ignored. I'd like to believe it...


Was I too young to see it with my eyes?


Sure.

6 dic 2009

Lo tuyo siempre fueron los medios de comunicación.

1 dic 2009

Sí, soy ciclotímica. 
¿Y qué?

30 nov 2009

Cerveza

Traté de que mi pasión
se perdiera entre el montón,
pero siempre será igual,
siempre se volverá al primer amor.

La casa de Asterión

¿Qué es lo que estás buscando? ¿Una especie de redención? ¡Si serás ilusa! Dicen que todo vuelve y jamás estuve tan segura de algo. Todo ese dolor que causaste te está volviendo de a poco, te está matando lenta y dolorosamente. Eso que pensaste que te dolía no se compara al dolor de la culpa y del arrepentimiento. Fue todo una película, fue todo un circo en el cual eras la estrella. Tuviste tus quince minutos de fama y te diste un zarpado golpe cuando caíste. Y no te quejes, porque te avisaron. Ahora sólo te queda tragarte ese dolor y dejar que aquellas personas a las que tanto reprimiste se rían un rato de vos y sigan de una vez por todas con sus vidas.

15 oct 2009

Borrón y cuenta nueva

Vida nueva, blog nuevo.
Vida nueva?